martes, 11 de marzo de 2014

Cuna

Ayer entré brevemente a la cuna de muchos de los pensamientos que he expresado, y desde que puse un pie ahí, comenzaron a fluir creaciones de muchas formas, pero en su mayoría orientadas a una misma idea: mujeres.

Estos textos son dedicados a ese momento que extraño: esa cercanía que tenía con bellezas desconocidas casi a diario. Cercanía que ahora es escasa. Es lo malo de mejorar: hay que dejar algunas cosas atrás.

Tengo la esperanza de poder conseguir otra fuente de inspiración, de igual o mayor intensidad. Mientras tanto, ando a oscuras, con motivos escasos. Lo único que me mantiene avanzando a través de estas sombras son las estrellas a las que les cruzo por el lado mientras recorro mi camino por este espacio sideral, en donde mi avance en el tiempo es medido en base a las revoluciones que hay dentro de mí, tomando como referencia ciertas estrellas en particular.

Tocar fondo en esa piscina de grandes pelotas de perfecta redondez. Frontera que se divisa por encima de las vallas que la rodean. Piel de leopardo mística. Estampados que merean cuando se menean. Dama de acero galvanizado. Aerodinámica sensación capaz de generar nuevos hobbies y hábitos. Ejecutivamente, no sales de mi mente.

- Ignacio Cortorreal en Gmail

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