martes, 28 de enero de 2014

Atraparte

Me esfuerzo bastante para atrapar tu imagen en estas letras, y encadenar junto a ellas los sentimientos que se generan dentro de mí cada vez que te veo. Vasto paisaje que mi vista recorre libremente, sin tapujos ni límites. He recorrido muchas veces la penumbra indomable que arropa ese parque recreativo cercano a mi hogar. Diseño autocorrectivo omnipresente en la naturaleza. Indicadores de alerta. Cicatrices que queman tan profundamente mi alma, que dejan huellas extremadamente difíciles de borrar. Situaciones que me recuerdan que la esencia de la suppervivencia prehistórica aún existe. Mi sustento consiste en devorarte: si no puedo hacerlo con mi boca, lo hago con mis ojos; si no con mis ojos, con mi mente. Esos momentos en los que te siento más cerca son en los mismos en los que te gusta alejarte de mí. El que vivas tan cerca de mi hábitat debería ser un indicador de lo bien que deberíamos llevarnos, pero no es así. Tu celestialidad es lo que genera el conjunto de valores que te hace rechazar a un simple mortal como yo.

Son muchas las veces que he dicho que mi pasado es el causante del rechazo que recibo, y no he hecho nada para corregirlo. Sin embargo, también vale recalcar que lo más común es toparse con gente sin sentimientos puros. El capitalismo es así.

No sé mañana si seguiré vivo, pero cierto grupo de recuerdos son los que me han mantenido vivo hasta el día de hoy. Episodios de los que he aprendido cosas que me iría pésimo si las olvidaras. Dolores que me sirven de alertas y precauciones.

Tú sabes que ciertas acciones tuyas generan ciertas reacciones mías. Soy débil, así que no me acuses por tropezar siempre con la misma piedra que me arrojas desde hace días.

Eres como la tercera de seis aspiraciones similares, y es como la cuarta vez que tropiezo contigo mental y sentimentalmente. Solamente queda ver con quien el destino tendrá menos paciencia.

¿Que tendré que vivir solo durante los años que me quedan? Que así sea. Lo que lamento es que con tantos tropiezos aún no he aprendido a reirme de corazón de las adversidades.



- Ignacio Cortorreal en Gmail

Consuelo #2

Pensando en Ender's Game acabo de aprender que debo crear un juego que tenga principios parecidos al problema que quiero resolver.

¿Debo consolarme de que aún tengo todas mis extremidades porque hay otros que le faltan una o dos? Si le manifiesto mi interés a una mujer, y esta me rechaza, ¿Qué tiene de malo lucir como mujeriego si me le lanzo a otra en frente de ella? ¿Acaso lo de "consolarme con otros" no aplica en ese caso?

La posibilidad de esclarecer una situación les vale nada. A lo que le dan más importancia es a la intención que ellos detectan. Ni siquiera se detienen a pensar si fue un malentendido, o malinterpretaron la situación. Aunque, la verdad debe ser dicha: si la explicación no es clara y llana, hay algo sucio e irregular escondido que debería ser corregido antes de dar pasos más profundos.

La gente pobre no te ama. No seas condescendiente con ellos. Aun si te preparas para evitar cualquier roce, ellos querrán chocar contra ti. Por otro lado, la gente rica nunca ayudará. Olvida esa esperanza. Mejor aprende a generar cosas de valor, cosas que los demás se atrevan a pagar por ellas.

El destino es difícil de cambiar. Despues de sufrir cuatro veces por situaciones similares, ya no sé en quién creer, ¡Ni siquiera en mí mismo! Y si no creo en mí, ¿Quién lo hará? Los juguetes deberían distraerme lo suficiente, pero los problemas de mi vida son demasiado constantes. Problemas económicos, emocionales, y de salud.

Vivir los momentos de la relación.
Disfrutar los momentos buenos,
sobrellevar los momentos malos,
y tener siempre presente
que el amor puede acabar,
y herirte.

Dar un consejo tan cruel que te tomen por desalmado; sin embargo, lo siguen al pie de la letra. Es un consejo que en el fondo de tu ser no querías dar, y ahora que se hizo realidad, te duele. No es lo mismo llamar al Diablo que verlo llegar.


- Ignacio Cortorreal en Gmail

viernes, 10 de enero de 2014

Continentes

Mi diosa Sheeva. Sirena seducida por dos luces esmeralda de un alto faro. Ciruela que rueda por la despensa, y deseo probar. Tan veloz como la luz. He aprendido a saborear los más diminutos y breves de tus toques, siendo el primer paso saber que terminaran de forma abrupta y desapercibida. Calipso en mármol. Tonos melódicos que me infunden ternura. Zarpas lácteas capaces de desgarrarme hasta el alma. Nubes cumulosas que siluetean figuras majestuosas. Arietes firmes que destrozan las murallas más fuertes. Torres de asedio que invaden los reinos mejor defendidos. Pozuelo del cual bebería una buena porción de asopado sin usar cuchara o cubiertos. Inmensidad focalizada. Baúl de recuerddos repleto de hermosas memorias. Sandia apetitosa. Elegante oscuridad, capaz de adornar con misterio cualquier paisaje o entidad. Moda que no pasa de moda. Bolas de basketball y volleyball por doquier. Volante hidráulico. Almohadas de piel de ganzo. Jaguar agresivo. Mirada fija de ojos de una abeja que revolotea por encima de las jorobas de un camello. No entiendo como algo tan diminuto puede irradiar tanta hermosura. El gran cañón. Mandarria con la que destrozaría todas las rocas y pulverizaría todos los obstáculos que se interpusieran en mi camino. Bolsillos de un abrigo en los que escondería mis manos para protegerme del frio. Brisa que mueve las ramas que dan sombra a la selva y que, al moverlas, dejan entrever su suelo. Deseo tanto tenerte muy muy cerca y poder sentir tu respiración acariciando mi cara. Me haces sentir la misma fuerza que me impulsaba a mirar los juegos de Nintendo a través de las ventanas de mis vecinos, sin importarme la posibilidad de que me las cerraran, y pasar horas y horas simplemente contemplando lo coqueta que luces. Palitos chinos para shushi. Aroma que causa regresiones. Balón de futbol americano, con puntas a ambos extremos, y costura blanca. Este es un juego muy agresivo, arriesgado, y peligroso, pero de ser necesario, estoy dispuesto a perder cada uno de mis huesos por ti.






- Ignacio Cortorreal en Gmail

miércoles, 8 de enero de 2014

Paradoja #2: Muerte

Un negro, gordo, calvo y ciego en busca de una esbelta blanca rubia de ojos azules. La belleza en las mujeres debería ser la señal de alerta, sin embargo, esa misma belleza es la que me hace caer en las tentaciones, y perder mi posición defensiva.

Andar por la vida es ir siempre cuesta arriba. Sólo es necesario ignorar un solo detalle para que la vida no sólo permita que fallemos por dicho detalle, sino también que nos lo restregue en la cara mientras vida tengamos. Tal pareciera que la meta de mi destino es o hacerme mmorir, o llevarme a una situación en la que preferiría morir.

Dime destino, ¿De qué forma piensas joderme en este nuevo año?

uno quisiera eliminar la necesiddad de instituciones como la policia, pero de vez en cuando uno olvida las situaciones que la hicieron nacer.

¿Cuándo me doy cuenta que en realidad estoy deteniendo la corriente, y no reforzándola? ¿Cuando lo que yo haga me duela mucho? Como quiera voy a morir, ¿Para que desperdiciar lo poco que he conseguido para vivir un par de años más? Y nunca dejan de surgir cosas que me recuerdan a ella. Distingo distintas situaciones que han terminado en estados similares al mio, y aún así no puedo sentirme seguro de la decisión que debo tomar.

No deseas a esa persona; sino tener una relación con alguien que posea ciertas cualidades similares a ella. Con la única persona que puedes desear estar es con aquella que también tenga un deseo puro de estar contigo; si no lo tiene, es un simple capricho tuyo.

El arcoiris tiene negro, y además muchos otros colores raros que nuestros ojos son incapaces de ver.

La reacción que me resulta más fácil es ignorarlo todo, hasta que mi acción moleste. -- Siempre existirá un momento en el que no sabrás como responder. -- Gente que finje aprecio. -- ¡Golpéalos también! -- Entonces me aborrecerán mucho más.

Tú fuiste que quisiste evitar contacto visual con todo el mundo. No te autolastimes tanto por usar unos supuestos lentes de contacto para destruir esa insípida decisión que no pudiste mantener.






- Ignacio Cortorreal en Gmail

martes, 7 de enero de 2014

Navegar

En ese ajustado vestido negro, la espalda que deja entrever luce como la bahía de la cual partiré para navegar por los mares de tu cuerpo. Piel de tigresa, contoneo de jaguar. Si existe una mujer que sea capaz de erradicar a un hombre de la fazz de la tierra tan solo con su presencia, estoy seguro que debe ser ella.. Hay tanto calor y energía en ser que hasta da para usted, da para usted. Lloro cada vez que recuerdo lo inalcanzable que me es tu belleza. Es como esas leyes y reglas de la sociedad, que no debo quebrantar. Aun la más probable de todas las posibilidades debe ser olvidada, para no sufrir mucho. Sin embargo, es bastante difícil apreciar tu belleza y evitar soñar con vivir a tu lado. Tu hermosura es mi señal de *Peligro*. ¿Cúal es la alternativa? ¿Nunca mirarte? Es imposible. Mi vista es tan débil como mi capacidad para soportar todo el amor por ti y que llevo en mi pecho, pero no soy ciego, y aunque lo fuera, tu imagen no saldría de mis pensamientos. Es tan tortuoso vivir así, que a veces me pregunto para qué existí. Mi mente tiene tantas cosas en qué pensar, y de todas, la que más prefiere eres tú. Es como si mi cuerpo, mente, alma, y corazón fueran cuatro entidades autónomas e independientes de mi ser, que no se pueden poner de acuerdo en todo lo que concierne a tu persona. Al frente mío caminar te veo, tan cerca y tan lejos, al mismo tiempo. Se dice que el camino al corazón toma mucho tiempo, y que no existe brújula que pueda orientarte en la ruta correcta, que es algo que solo puede sentirse. Si tan solo pudiera encontrar quien pueda reparar mi brújula sentimental… Es como si la naturaleza quisiera poner a prueba contigo un equilibrio entre lo odiado y lo deseado. Ese dichoso momento en el que los sentimientos y los recursos están sincronizados. Esa belleza infantil impregnada en tu rostro, acompañando a cuerpo envuelto en curvas diminutas, pero agresivas, y un diminuto lunar adornando tus bellos pechos. De ojos y boca tan grandes, que pareciera que los pediste prestados, un pelo tal que complementa lo que ante mis ojos luce como un parecido a Rosario Watson.




- Ignacio Cortorreal en Gmail

viernes, 3 de enero de 2014

Indecision Congénita

Te arriesgaste. Diste un paso y salió mal. Duraste un tiempo afligido por el golpe del fracaso. Pasaste tanto tiempo en la oscuridad que pensaste que te apagarías. Sin embargo, personas que no tienen ni una gota de tu sangre poco a poco fueron aclarando un camino. Quisieras que siempre estuvieran contigo, pero tristemente aprendes que cada quien tiene sus propios problemas en sus vidas, y decides que la mejor forma de honrar la ayuda que brindaron, por diminuta que sea, para ayudarte a seguir adelante.

Ahora, se presenta otro paso. El tropiezo que diste en el anterior, como no te aniquiló, te ha hecho más fuerte. Aprendiste que debes lascerar cualquier conexión sentimental que pueda surgir con el éxito que aún no tienes. Sin embargo, este paso tiene un detalle: el sacrificio económico es mucho mayor que el anterior.

Hablan de las multiples ventajas de la ley de atracción, pero mi pensamiento va más acorde con estar preparado ante cualquier eventualidad. La famosa ley esa no dice nada acerca de los accidentes y las emergencias que puedan surgir. Es como si quisieran entrenar soldados que sólo sepan ir hacia adelante.

Es interesante ver como para unos ciertos recuerdos son insignificantes, pero para otros son razones suficientes para seguir apostando a favor de la vida. Recuerdos que les dan sentido a su vida y la hacen sentir que vale la pena ser vivida.

La cuestión es tan difícil que ni siquuiera sirve definir. Una situacion. La vida es tan común en el aspecto en el que un hombre no consigue el amor que desea. Pero en realidad, la mujer tiene una idea del amor que desea, y es muy diferente del amor que ella cree que puedes ofrecerle tú, y por eso te rechaza. Lo triste es que no existe una forma en que tú puedas convencerla de que que tú eres el mejor partido para ella. Pero eso es porque ella no quiere un hombre, sino a alguien al que pueda pelar.

Por esa forma de pensar es que aún estás solo. Una parte de tí quiere estar solo, pero la otra desea compañía. El amor comienza por los sentidos, especialmente la vista y el oido. Yo no sirvo. No tengo autocontrol. Cada vez me gustan menos cosas en esta vida, y las que más me gustan son las que se hacen difícil conseguir.

Que triste es ver como la hermandad y las buenas costumbres de nuestra infancia se disminuyen considerablemente entre el ajetreo y las responsabilidades de la adultez. Me pregunto si eso es lo correcto. Imagino que nuestros padres tambien habrán pasado por esto. Esa pérdida, ese olvido, esto no es un suceso exclusivo de nuestra generación.

No sé qué es lo que busca el destino al ponerme tantas trampas sentimentales. ¿Acaso quiere que sea insensible? ¿Acaso es siendo insensible que mi vida toma sentido?



- Ignacio Cortorreal en Gmail