lunes, 11 de noviembre de 2013

Mirón

¿Cómo se sentirá poder acariciar con mis manos tus senos? Esa forma en que me devuelves la mirada debería ser suficiente para asustarme y espantarme, pero lejos de eso me emociona, me intriga, y me motiva a interesarme mucho mas en tí. Tu tez no es la favorita de las reinas de Disney, pero si fueras una, volvería a niño y repetiría sin cesar esa pelicula. Tus licras negras me traen recuerdos de escenas oscuras que iluminaron mi vida. De vez en cuando me pregunto qué tanto te ayuda el sostén. Tu cuerpo se ve tan frágil que cuando pienso en abrazarte creo que podría triturarte. Ah, cuanto desearía poder esculpir tu cara. Es bella la manera en que el mar de tu pelo acaricia la bahía de tu espalda… Al ver tus lentes oscuros, me pregunto si los usas para que no note que me miras con lujuria… Esa blusa semitransparente me hace imaginar que puedo ver tus pensamientos cual si fuera a través de un cristal. A veces quisiera no verte nunca más, no entiendo por qué cuando no te tengo cerca pienso tanto en tí. No se como explicarlo, pero al mirarte en conjunto, siento como un aura que me atrae y al mismo tiempo me dice que no me acerque a tí: la fruta prohibida. La ternura que proyectas es mayor a la de cualquier bebé. Esos dos pilares con los que caminas día a día son la más bella escultura que he visto en mi vida. No sé si eres enfermera o doctora, pero como te queda el blanco, me impresiona. Tengo curiosidad por saber qué tanto aumento tienen tus lentes de nerd. Detrás de esos robustos pilares que te sostienen, se pueden contemplar un par de majestuosas montañas tan grandes que mis ojos no las pueden abarcar. ¿Qué te gustaría que tu pelo cubra: tu frente, o un ojo? ¿Por qué se cubren el ojo derecho? Cuando caminas, tu pelo se agita mucho más que el de la Mujer Maravilla, y tu contoneo es como el de Lara Croft.

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