miércoles, 20 de noviembre de 2013

Primera

Aún cuando no es ni la primera ni la segunda ni la tercera vez que paso cerca de tí, mi corazón bombea como si nunca te hubiese visto. Aún cuando no eres blanca, ante tí soy más negro que la noche. Tanto miedo tengo de deambular en las penumbras nocturas como tú, pero más miedo tengo de perderte en la oscuridad y no volver a verte nunca más. Niña bella, sola en la carretera, como la primera flor de la primavera. La cascada de tu pelo cae apacible y se dispersa sobre tus hombros. Delicadas extremidades sobresalen de la tela circular que viste la parte inferior de la escultura de diosa Venus que representas. Tu singular dueto toráxico se balancea cual pareja bailando merengue al compás de tus pasos. Entre ruedos y pretinas se vislumbra el lugar donde en el pasado existió la raíz de un cordón umbilical, ahora adornado con un pequeño arete en forma de crucifijo. ¡Crucifícame ahí, mi amor! Al delinear con mis ojos tu pose, mis ojos dibujan una ruta ondulada, como la de una culebra. ¿Qué pensamiento te hizo apretar tan sensualmente esos labios carmesí? Tu mano en la cintura forma el asa de la jarra en la que quiero tomar una espumosa cerveza. Imagino que te ayuda a levantarlos aún más de lo que ya están… Lo más torturoso es mirar de cerca a una mujer que sabe que te gusta, y no escatima esfuerzos para insinuar facial y corporalmente su desinterés hacia tí. ¡Ah, que abdomen tan plano tienes! Aún estando encorvada hacia adelante, no deja de lucir plano. Con tu diminuta estatura, pareces un Hershey's con cual quiero endulzar mi paladar. Tu rostro me hace pensar en Ludwika Paleta de Carrusel… ¡Cuantos Cirilos sufrimos de mal de amor por tí! Tu pelo lacio que hipnotiza, desarreglado por esta brisa navideña. Tus grandes senos ahogados por lo pequeña que les queda tu blusa, tan colorida como los adornos de la navidad. Un ligero roce que me permite acariciar levemente tus nalgas. Agarras tu pelo y lo usas para cubrir tu nariz y boca, y luego me lanzas una mirada fugaz, que deja tieso hasta el pensamiento.

- Ignacio Cortorreal en Gmail

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