viernes, 22 de noviembre de 2013

Sol

Eres un sol que me calienta. Eres la fuerza gravitatoria que mantiene mis pies sobre la tierra. Eres la diosa a la que dirijo todas mis plegarias. Eres el suelo que acaricia las plantas de mis pies descalzos. Eres el amanecer que despierta a la naturaleza y el atardecer que la hace dormir. Eres fuego cruzado en medio de la guerra. Eres compañía necesaria que deseo en mi vida. Eres tan firme como las rocas y activa como las olas del mar; carretera desolada en la cuál pisar el acelerador hasta el fondo; una pista de atletismo para romper el record de 100 metros planos; noche oscura que se cierne sobre todos lo que te aman; huracán que atrae todo a su centro, y lo desecha a su paso; tormenta tropical de la cual no sé si protegerme, o bailar y corretear bajo sus lluvias torrenciales. Eres la pared final al fondo de un callejón sin salida. Eres la emocionante oscuridad de la discoteca; una tigresa de uñas filosas; agresiva como gallo, asesina como beta; jardín de flores silvestres, rosa, clavel, margarita, gladiolo, azucena, violeta, orquídea, tulipán… Eres el bosque retorcido de la liga de leyendas. Eres la brisa que me hace perder el equilibrio mientras troto en las arenas de una playa en Las Garitas. Eres ese vehículo que frena justamente frente a mí y me asusta mientras trato de cruzar la Lincoln. Eres todas y cada una de las mariposas que revolotean en mi interior. Eres ese muro frente a la OMSA del Perla con el que chocan muchos carros. Eres esa cama en la que deseo echar una siesta despues del almuerzo; el toldo que me cubre del sol y la llovizna, árbol de gran sombra. Eres extensos campos de caña dulce y brava. Eres esa piscina en la deseo aprender a nadar. Eres el peluche que siempre quise y nunca tuve. Eres el conjunto de estrellas que habitan en el firmamento. Eres el arcoiris que decora el paisaje luego de la lluvia. Eres el rocio que acaricia las hojas de las plantas en la mañana; eres el aliento frío de la navidad; sangre de mi sangre, carne de mi carne, que nunca pensé contemplar de esta forma. Eres esa nota discordante que llama la atención de quien escucha tu melodía. Eres la uva más púrpura de todo el viñedo. Eres ese conjunto de cinco péndulos, de los cuales dos se balancean constantemente y notoriamente. Eres la hormiga atómica, fuerte y diminuta. Eres la flor que nace en terreno baldío. Eres esa película que me hizo llorar. Eres el espectro de luz atrapado por la atmósfera que da al cielo color azul. Eres la porción de tierra que besaré al salvarme de mi náufragio. Eres la primera pesca del día. Eres la hermosura caótica que veo en las obras de Picasso y Dalí; el disfraz del efecto Doppler de Sheldon Cooper. Eres el grito de guerra que levanta la moral de los soldados. Eres el arco y la flecha de Sagitario; un dueto de frambuesas y rosas azules; la cascada del Salto del Limón; una muñeca sin cara; el guineo de Boca Chica; la tierra vista desde la estratósfera. Eres ese símbolo de suma que olvidé usar en la ecuación algebráica que resolví erróneamente. Eres ese punto en la i que me obsesiona colocar. Eres el par de zancos de un equilibrista; la cima del Pico Duarte. Eres la escalera que lleva al cielo. Eres una repostería repleta de deliciosos pasteles… Eres la dulzura de la niñez, el ímpetu de la juventud, la indecisión en la adultez. Eres un arrecife repleto de corales; roca lisa de río. Eres esa fuerza que inspira a la gente a hacer cosas imposibles. Eres todo lo que desprecio que es bello. Eres el temor a lo desconocido. Eres la montaña que no quiso ir a Mahoma. Eres el porvenir que me da la espalda y del que tengo que tirar fuertemente de sus hombros para que voltee a mirarme a la cara. Eres aquel ángel de nieve que nunca formaré.

- Ignacio Cortorreal en Gmail

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